La AEEH resalta que 43 hospitales han implantado el Decálogo de Buenas Prácticas para la Eliminación de Hepatitis C y Cantabria no aparece
La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha resaltado en el Día Mundial contra las Hepatitis Virales, que se celebra este 28 de julio, que un total de 43 hospitales españoles han logrado implantar el Decálogo de Buenas Prácticas para la Eliminación de la Hepatitis C.

Este decálogo, impulsado por la AEEH y con el aval de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y el Grupo de Estudio de las Hepatitis Víricas (GEHEP), es un documento que contiene los requisitos que deben cumplir los hospitales para avanzar en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes con esta enfermedad, poniendo el foco en las estrategias de micro-eliminación para llegar a aquellos que todavía quedan por diagnosticar y tratar.
La AEEH asegura que continúa de esta forma su activa labor en la promoción de buenas prácticas, la actualización científica y la cooperación institucional, con el objetivo de incorporar más hospitales al programa en los próximos meses. En palabras del presidente de la AEEH, Rafael Bañares, "este proceso no solo busca galardonar, sino también motivar a los centros hospitalarios a comprometerse con la aplicación de las medidas propuestas en el Decálogo. El programa está demostrando que la eliminación de la hepatitis C en España es una meta alcanzable si se mantiene el compromiso clínico, científico e institucional que ha caracterizado a este proyecto".
Según la Asociación, España es ya, de hecho, el país número uno del mundo en pacientes tratados por millón de habitantes y tiene al alcance de la mano adelantar el objetivo de eliminar la hepatitis C propuesto por la OMS para 2030: "Nuestro país está a poco más de 50.000 casos de lograr la eliminación de la hepatitis C, tras tratar y curar en una década a más de 172.000 pacientes en la última década", añade.
EL PAPEL DE LOS HOSPITALES EN LA ELIMINACIÓN DE LA HEPATITIS C
La AEEH explica que el decálogo facilita el proceso desde el diagnóstico a la curación del paciente, evitando su pérdida dentro del sistema sanitario. Establece, en concreto, 10 acciones específicas que deben implantarse a nivel hospitalario, como son el diagnóstico en un solo paso y descentralizado cuando sea necesario; un sistema de alertas y derivación directa al especialista; la simplificación en la evaluación basal, dispensación y tratamiento; el cribado universal y por perfiles de pacientes; o la búsqueda de pacientes perdidos, que son aquellos que ya han sido diagnosticados, pero aún no han recibido tratamiento.
El trabajo conjunto y coordinado de todos los agentes implicados en el abordaje de la hepatitis C en los centros hospitalarios es esencial en este proceso, apunta la Asociación. Por eso, resalta que entre los servicios asistenciales involucrados en la mejora de la atención a pacientes con hepatitis C están: Digestivo, Farmacia, Laboratorio de Microbiología, Unidad de Conductas Adictivas o Atención Primaria.
Por último, la AEEH llama de nuevo a reforzar las políticas públicas para lograr la eliminación de las hepatitis víricas como amenaza para la salud antes de 2030. El `Plan Nacional de Salud Hepática: Reto 2032`, elaborado por la AEEH, advierte que las hepatitis virales continúan siendo una amenaza significativa para la salud pública, a pesar de los avances en su diagnóstico y tratamiento. El documento identifica las barreras que impiden hoy día el eficaz control de las hepatitis B, C y D, principales responsables de las formas crónicas de la enfermedad.
Entre los retos más urgentes, los expertos destacan: baja concienciación social sobre los mecanismos de transmisión y prevención; falta de preparación en atención primaria para detectar y manejar estas infecciones; limitaciones en el acceso a los tratamientos, aún restringidos a la prescripción hospitalaria; escasa inversión pública en prevención y diagnóstico precoz; estigma social que afecta especialmente a grupos vulnerables como personas migrantes, consumidores de drogas o personas con VIH, y diagnóstico tardío, especialmente en los casos de hepatitis B y C.
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