De cerdos, osos y toros
Cantabria, se quiera o no, ha sido conocida fuera de las fronteras por algún animal. Desde la chona Susa hasta el oso Furaco, pasando por el toro Sultán...

Quizá el que mejor lo llevó fue el presidente Hormaechea que, con su famoso tono Sultán, inundó de “sultanas” toda Cantabria. No hay que olvidar que antes del toro Cantabria era muy conocida por las chonas, -otros las llaman cerdas- cuyo sacrificio se ventilaba allá por San Martín.
Los dos animales anteriores fueron muy famosos y, lo que es más importante, hicieron brillar Cantabria a nivel televisivo. Ahora toca el apareamiento o monta del oso Furaco a la osa Tola. Al oso Furaco ya se lo han adjudicado como emblema del presidente Revilla, así es el pueblo. El problema surgía el año pasado porque el cantabro no se lleva con la Asturianica o ella con el cántabro, de ahí que los deseosos de la descendencia pensaban que no se les arreglaba el casorio. Para no herir susceptibilidades, en estos días por fin ha salido la foto: la monta de Furaco ha traspasado fronteras.
De esa monta se espera mucho, quizá demasiado, sobre todo, que el cruce animal entre Asturias y Cantabria nos haga más hermanos. Y es que esta historia de matrimonio por conveniencia empieza a calar entre el pueblo porque teniendo en cuenta tantos problemas, recesión, crisis, corrupción, paro y, ahora, la gripe de cerdos, no me extraña que nos refugiemos en nuestros osos "Yoguis" de Cantabria y Asturias.
Los osos son animales plantígrados solitarios que sólo se emparejan en la época de celo, que suele ser en los meses de mayo y julio. En las hembras, la cópula provoca la ovulación -en lenguaje técnico se llama "ovulación inducida"-, lo que incrementa sus posibilidades de quedar preñadas. La implantación es diferida; es decir, el óvulo fecundado flota libremente en el útero y no se implanta hasta el otoño; sólo entonces comienza la verdadera gestación, que dura unos dos meses.
Después de aparearse, el macho abandona a la hembra -que es la que asume por un período de dos años- el cuidado de las crías- y la osa entra en al osera normalmente entre finales de diciembre y mediado enero, dependiendo de la climatología, por este factor, en la península la estancia en la osera es más corta que en otras latitudes, donde los rigores invernales duran más y son más extremos. En esa cueva es donde tendrá lugar el parto de 1 a 3 crías y donde permanecerán hasta la salida normalmente en marzo. Esto es lo que dice la biología que es lo que menos nos interesa ya que lo que de verdad importa es cuantos descendientes tendrá la pareja.
Así que en el caso de que estas montas fructifiquen -lo que se verá allá por noviembre- habrá que esperar unos meses de gestación que tendrán a Asturias y a Cantabria de los nervios a la espera de esa buena nueva, deseando que esa monta traiga descendencia. El problema vendrá después porque, dependiendo de si es macho o hembra, uno o dos descendientes esperemos que no tengamos que pleitear si son asturianos o cántabros. De momento a esperar y cruzar los dedos.
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Comentarios(2):
Sera por nuestra fauna animal porque por los logros de nuestros politicos y representantes solo nos conocen por los desaciertos no por nuestros logros. !! Que triste !!
Que repercusion ha tenido esto del apaeramiento de los osos,claro que con tal de no hablar de la crisis ,el desempleo , Zapatero , y demas miserias, cualquier cosa es buena.