La zarzuela `La verbena de la Paloma` llega al Palacio de Festivales
Será la primera vez que la Orquesta Sinfónica del Cantábrico actúa como responsable musical de un título lírico de gran formato

El Palacio de Festivales de Cantabria, en colaboración con el Teatro de la Zarzuela, acoge este fin de semana la representación de la popular zarzuela `La verbena de la Paloma`, de Tomás Bretón (1850-1923), que se interpretará en dos pases este viernes y sábado, a las 19.30 horas.
Ambas citas de este clásico estrenado en el Teatro de Apolo de Madrid en 1894 tendrán lugar en la sala Argenta con una duración de 110 minutos.
Bajo la dirección musical de Lucía Marín, una de las pocas directoras de orquesta del panorama musical español, contará con la participación de la Orquesta Sinfónica del Cantábrico como orquesta titular, en la primera ocasión que asume la responsabilidad musical de un título lírico de gran formato, con el objetivo de situarla en el circuito de las grandes producciones profesionales fuera de la región.
La orquesta actuará con una plantilla de 50 músicos, una de las más numerosas reunidas hasta la fecha por la formación cántabra, que estará junto al Coro Lírico de Cantabria, con la dirección de Elena Ramos y 40 coristas.
La representación contará con un prólogo cómico-lírico, `Adiós, Apolo`, de Álvaro Tato, como homenaje a los muchos artistas que hicieron del Teatro de Apolo la catedral del género chico, en una escenificación de lo que vivieron los intérpretes en su última función de 1929.
Su directora de escena y coreografía es Nuria Castejón, que a lo largo de su carrera como bailarina ha pertenecido a prestigiosas compañías de danza española y flamenco, como el Ballet Nacional de España, la Compañía de Antonio Gades y la Compañía de José Antonio.
La obra de Tomás Bretón, que ha pasado a formar parte de la tradición lírica, narra una historia que sucede en la calurosa noche de fiesta del 15 de agosto en la que propios y extraños celebran la festividad de la Virgen de la Paloma, y en la que los devaneos y los celos afloran a la vuelta de cada esquina.
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