Cantabria sufre el cambio climático con más calor, menos nieve y un mar más cálido
Cantabria ya sufre los efectos del cambio climático, con más calor, menos nieve y un mar más cálido, debido a la tendencia al alza de las temperaturas, según un informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en la región.

De hecho, 2024 fue uno de los años más cálidos en la comunidad autónoma desde que existen registros, con una media de 0,8 grados centígrados más que entre 1991 y 2020, el periodo de referencia, cuando era de 14,8 ªC. Y desde 1961, ha aumentado 1,2 ºC.
Además, disminuyó notablemente el número de días con precipitaciones nivales, con solo seis en Mataporquera, cuando en la década de los 2000 había hasta 30 jornadas, en tanto que se mantuvieron en valores normales las registradas en forma de lluvia.
De su lado, la temperatura superficial del mar Cantábrico alcanzó el año pasado su tercer valor más alto, con 0,7 grados más de lo normal, por detrás de los dos ejercicios anteriores (2022 y 2023), lo que también refleja el calentamiento global.
Son las principales conclusiones del informe sobre el estado y evolución del clima en Cantabria presentado este miércoles, Día Mundial del Medio Ambiente, por el director territorial de la AEMET, Sergio Fernández, y la delegada del Gobierno, Eugenia Gómez de Diego, para quien el cambio climático es "una realidad cada vez más evidente". Y "no se puede negar lo evidente", ha remachado.
Así, a su juicio, "la realidad cada vez se lo pone más difícil a los negacionistas", -como sectores ultras y partidos políticos, ha indicado-, que "niegan deliberadamente hechos probados".
2024 FUE MUY CÁLIDO
Según el documento, elaborado por técnicos de la agencia, 2024 fue muy cálido en Cantabria, con una temperatura media 0,8 grados superior a las tres décadas precedentes (1991-2000), y el quinto más caluroso desde 1961, desde cuando el incremento ha sido de 1,26 ºC. A nivel nacional, los tres últimos han sido los tres más cálidos.
Este calentamiento en la región es ligeramente inferior al que también se está produciendo en el resto de la Península Ibérica, Canarias y Baleares, siendo las del interior y del mediterráneo las zonas más afectadas del país.
El delegado de la AEMET ha destacado que mayo, junio y septiembre fueron fríos, en comparación con la temperatura habitual de estos meses, en tanto que noviembre fue más cálido de lo normal.
Y, en cualquier caso, los datos recabados en todas las estaciones del organismo en la región apuntan que el 2024 fue cálido o muy cálido.
Desde 1961 y hasta 1990, la temperatura media anual fue de 13,8 ºC en Cantabria, donde subió un grado más, hasta los 14,8, entre 1991 y 2020. Y en lo que va de esta década, se sitúa ya en 15,8%, es decir, otro grado más en apenas un lustro, con lo que "se puede estar intensificando" este aumento.
Fernández se ha centrado en los registros en el aeropuerto para subrayar la tendencia ascendente de la temperatura media anual en los últimos sesenta años, con un incremento de tres décimas por década, y de cuatro en el entorno de la Bahía, donde repunta a un ritmo de grado cada diez años.
Además, en las inmediaciones del aeródromo solo hubo el año pasado dos días de heladas, algo que contrasta con las seis noches tropicales contabilizadas en Cantabria, aquellas en las que el mercurio de los termómetros no baja de 20 grados.
Asimismo, en 64 jornadas la máximas superaron los 25 grados, cuando estos valores se solían alcanzar en un promedio de 37 días, es decir, que casi se han duplicado.
En 2024, se llegaron a los 43,1 ºC en la localidad de Tama, que se quedó así a cuatro décimas del récord histórico regional: 43,5 ºC en Terán. Destacaron también los 42 grados anotados en Ramales de la Victoria o San Felices de Buelna y el hecho de que Torrrelavega rebasara por primera vez la barrera de los 40 grados.
En este punto, el director de la AEMET en Cantabria ha indicado que en los últimos años "es normal" que en la región se superen los 40 grados, cuando antes era algo "excepcional".
PRECIPITACIONES NORMALES
Frente a esa tendencia alcista en los termómetros, las precipitaciones fueron normales el año pasado en la región, con 1.244 litros por metro cuadrado.
La AEMET no ha apreciado una tendencia significativa respecto a la cantidad o número de días de lluvia en comparación con las últimas décadas, con un promedio anual de 120 jornadas. Es decir, una de cada tres es lluviosa en la región.
Sí disminuyeron en cambio los días de nieve, sobre todo en cotas bajas y medias, así como también el manto y espesor de la misma. Han bajado hasta el punto de que los inviernos de 2023, 2024 y el de este 2025 han sido los menos nivosos de la serie.
Los técnicos de la agencia también han detectado una tendencia ascendente respecto a las horas de sol en la comunidad autónoma, aunque aún así se situó en valores normales. El promedio oscila entre 1.600 y 1.800 y en el aeropuerto se contabilizaron 1.700 horas.
TERCERA TEMPERATURA MÁS ELEVADA DE LA SUPERFICIE DE MAR
Y la temperatura superficial del mar Cantábrico alcanzó su tercer registro más alto el año pasado, con 0,7 grados más de lo habitual, y lo que también implica un aumento de 0,3 ºC por década.
Finalmente, se ha detectado un aumento de los gases de efecto invernadero y las emisiones de C02 a la atmósfera, y que es la principal causa del cambio climático, cuyos efectos ya se notan en Cantabria.
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