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Tribunales 15-04-2025 13:30

El acusado de abusar de una chica que conoció en Tinder dice que fue consentido y ella que le pidió que parara

"Yo le mandaba parar todo el rato. Le apartaba. No utilicé la violencia, pero le dije que no un montón de veces", relata la víctima

El acusado de abusar sexualmente de una mujer a la que había conocido a través de la aplicación de citas Tinder ha explicado que la noche de los hechos habían quedado para conocerse en persona y darse "un beso de buenas noches", beso que fue "apasionado y consentido por los dos", al igual -ha asegurado- que los posteriores tocamientos, por encima y por debajo del pijama de ella.

"Nos dejamos llevar" y hubo "reciprocidad", ha apuntado el procesado, para precisar que cesó dichos tocamientos cuando así se lo pidió la víctima que, en cambio, ha aseverado que le dijo "un montón un veces" que parara, "por lo menos diez", ha agregado. "Yo le mandaba parar todo el rato. Le apartaba. No utilicé la violencia, pero todo el rato le dije que no" y de forma "contundente" además, ha contrapuesto la denunciante.

Ambos han declarado este martes, como acusado y testigo, en el juicio contra él en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, tras el que las partes han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales.

Así, el fiscal mantiene su petición de cuatro años y medio de prisión al enjuiciado, mientras que la acusación particular -ejercida por la víctima- eleva dos años más la solicitud de cárcel, hasta los seis y medio, y reclaman 3.600 y 6.000 euros de indemnización por el daño moral sufrido.

Mientras, la defensa, que aprecia "muchas contradicciones y mentiras" incluso en la denunciante, insiste en la libre absolución de su patrocinado, y solicita que en caso de condena se le aplique la atenuante de dilaciones indebidas al haberse celebrado la vista oral tras haberse suspendido siete veces en dos años.

SE CONOCIERON POR TINDER Y TUVIERON CONVERSACIONES DE ÍNDOLE SEXUAL

Los hechos sucedieron la noche del 30 de enero de 2022 cuando el acusado, natural de Galicia, regresaba a Santander, donde trabajaba y vivía, cerca de la víctima. Ambos se habían conocido una semana antes a través de Tinder y desde entonces hablaban, mediante esa aplicación, otra de mensajería instantánea (WhatsApp) y redes sociales (Instagram).

Dichas conversaciones eran "de índole sexual", sobre "gustos" y "fantasías", y se habían intercambiado además fotos "explícitas". Y aunque habían quedado para conocerse en persona dentro de un par de días, esa noche él la pidió pasarse por su casa para "darle un beso de buenas noches", a lo que ella accedió.

Así las cosas, él fue "con intriga" pero "no excitado", donde ella le recibió "en pijama y zapatillas" en la puerta de su domicilio. Tras una "muy breve" conversación, se besaron "mutuamente". "Nos dejamos llevar" y hubo "reciprocidad", ha afirmado el acusado, antes de señalar que mientras se besaban -también en el cuello- le tocó los pechos y la zona vaginal, primero por encima del pijama y después por debajo, pero negando que empleara fuerza o que le introdujera dos dedos en la vagina, como esgrimen la denunciante y las acusaciones.

En este punto, ha precisado que fue precisamente cuando introdujo su mano por dentro del pantalón "ella dijo no" y entonces él retiró su mano, aunque siguieron "pegados", besándose y acariciándose. Ha explicado que entendió que se sintió "incómoda" por lo ocurrido, que pudo ser "precipitado" al ser la primera vez que se veían en persona.

De hecho, más tarde, estando ya en su piso, recibió un mensaje de la chica que le manifestaba que estaba "disgustada" por lo sucedido y que no quería volver a hablar con él, que se "sorprendió" pues no había tenido intención de "incomodarla" y borró las conversaciones.

ME FIÉ

Por su parte, la víctima ha considerado que las conversaciones entre ambos previas a ese encuentro fueron "normales, de dos personas que se están conociendo", aunque preguntas de la defensa ha admitido que se habían intercambiado fotos desnudos y habían hablado de tener sexo, "pero no en ese momento".

Ha explicado que accedió a verle ese día y "solo" para darse el citado beso de buenas noches ante la insistencia de él y pese a no ser "costumbre" en ella. "Me fié", se ha lamentado. Al hilo, ha comparado que aunque le había "caído bien" y había "buena sintonía" entre ambos, esa noche nada más abrir la puerta de su casa cambió la "imagen" y el "concepto" que tenía de él, así como su mirada, que "no me gustó".

Tras besarse en los labios -el "primer acceso" sí fue "voluntario", ha admitido- ha relatado que él siguió y tuvo un compartimiento "agresivo" y "violento", ya que se "abalanzó" sobre ella, la agarró "con mucha fuerza" y empezó a tocarla. Ante esto, empezó a decirle que parara, primero de forma "más suave", pero al ver que "la cosa iba a más", se lo pidió "en serio". "Se lo dije un montón de veces", "por lo menos diez", y le "esquivaba todo el rato", ha rememorado.

Y "cuando cerré la puerta, me derrumbé", ha agregado la denunciante, que en ese momento "no sabía lo que pasaba", tan solo que la "costaba respirar" y "no podía parar de llorar". A continuación, llamó a un amigo y después a otro -su pareja actual, desde hace un año-, que vino a recogerla pues no quería estar en su casa. Ha indicado que estaba "en shock" y tenía "miedo" a estar sola.

Al día siguiente no pudo ir a trabajar y después se cogió la baja, a la que han sucedido otras de forma "intermitente", ya que se agravó un trastorno alimenticio que padecía y por el que finalmente fue intervenida (por obesidad mórbida).

Ha justificado que tardó tres días en denunciar los hechos porque "no tenía muy claro" lo que había ocurrido: "No estaba en mis cabales".

EN SHOCK

El amigo de la víctima que fue a buscarla a casa tras los hechos ha indicado que estaba "asustada y muy nerviosa y agitada", ante lo que él trató de "tranquilizarla". Y una compañera a la que contó lo ocurrido ha considerado que estaba "en shock", pese a lo cual "quería trabajar y hacer vida normal".

Su médico de familia la encontró "aletargada, lenta, embotada, aturdida y espesa" tras el suceso relatado, por el que le dio la baja y la aconsejó también que denunciara y siguiera el protocolo establecido en estos casos.

Los forenses que se entrevistaron con la víctima han señalado que las lesiones físicas que sufrió -como dolor en el pecho o un arañazo en el cuello- no fueron "de relevancia", por lo que no precisaron asistencia. No obstante, ha indicado que ese episodio "estresante" agravó el trastorno alimenticio que padecía, aunque no han podido precisar si también aumentó también su ansiedad.

"UN BESO Y TE VAS, LITERAL"

En el plenario se han reproducido audios que se intercambiaron denunciante y denunciado antes de los hechos, de los que se desprende que él insistió en ese encuentro y ella dejó claro que era solo para "un beso. Y te vas, literal", avisaba, para indicarle que no fuera con "ideas de nada. Te lo digo desde ya", zanjaba.

También se han escuchado las conversaciones con el amigo al que llamó tras lo ocurrido, y al que la víctima manifestaba que "ni por asomo quería yo tirarme a ese pavo, y menos ahora". "No sé cómo he conseguido que se marchara. Qué mal lo he pasado" y "esto es lo que me faltaba", agregaba.

El juicio ha quedado visto para sentencia.

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